martes, 22 de junio de 2010

Los inadaptados musicales


Es sabido que los sonidos se producen mediante vibraciones en el aire, y que la música requiere un patrón ordenado en esas vibraciones. Que cada nota tiene una frecuencia determinada, o sea, que vibra con una periodicidad específica. Por ejemplo, la nota “La 4”, vibra cuatrocientas cuarenta veces por segundo (el famoso 440) y, entonces, para reproducirla con la voz hay que hacer vibrar las cuerdas bocales esa misma cantidad de veces... bueno, o cerca. Pero... ¿Cómo se hace eso?, ¿Se cuentan las vibraciones?, ¿Se miden con un osciloscopio? No… ¿O sí?
Bueno, más o menos. Ya que somos máquinas muy completas, amigos. Nuestro osciloscopio se llama oído musical, audio percepción, musicalidad.
Pero se puede tener mucho oído y cantar como un perro, dirás… y tenés razón. Es cuando uno tiene oído para darse cuenta que está desafinando pero no puede corregirlo. Eso nos puede ocurrir por que no hay entrenamiento, práctica, “memoria muscular”, o porque, simplemente, no estamos adaptados al medio musical. Somos inadaptados musicales.
¿Cómo? Muy simple.
Hay personas que no se adaptan al medio social, no se adaptan a la sociedad y desentonan dentro de ella, no tienen oído para escucharla, no la entienden y, por consiguiente, no pueden vibrar (como el 440) al unísono con ella. Tienen desórdenes (fobias, adicciones, enfermedades mentales, etc.), no cuadran dentro de la sociedad establecida. Pero hay sub-sociedades (sub-culturas) y los músicos somos una de ellas (no digo que seamos como los “Magios”, hablo de otra estructura de pensamiento) y así como hay gente que no se adapta a la sociedad colectiva, hay gente que no se adapta a la música.
Hacer música es moverse dentro de un universo que, para muchos, siempre será un misterio.
Quiero decir que no todo el mundo puede cantar afinadamente (o tocar un instrumento emotivamente).
Aprender a cantar es muy difícil. Lleva mucho tiempo y laburo. Muy pocos están dispuestos a trabajar durante tanto tiempo en algo que, seguramente, nunca será rentable.
Para muchos otros no es fácil aceptar las indicaciones o correcciones del profesor. No se adaptan a su papel de alumno. Son los que vienen y te dicen como les tenés que enseñar. En lo que a mí respecta hay que dejarlos que sean autodidactas.
Después están los que encajan tan bien con la sociedad, están tan amoldados, tan bien adaptados al medio social, que sus mentes no aceptan otras estructuras. Sólo piensan (y viven) en función de lo que tienen y de lo que quieren llegar a tener, porque para adaptarse a la sociedad hay que ser como ella, o sea, materialista, consumista, superficial, segregacionista e individualista. Lo difícil sería que alguien así pudiera ser un músico legítimo (aunque, lamentablemente, eso nunca demostró ser un impedimento a la hora de tener una banda o vender discos).
La música COMO ARTE no está hecha precisamente por quienes están adaptados socialmente sino todo lo contrario. Aunque, por supuesto, hay que laburar mucho, no alcanza con ser un inadaptado (que lástima, ¿no?).
Y está bien ser empresario si te gusta (y podés)... o dentista, pero no se puede tener todo, no esperes que cuando cantes “Mistreated” o hagas un sólo de guitarra todos se pongan a llorar de la emoción.
Si mi pensamiento todavía te parece sectario imaginémoslo al revés: ¿Te harías sacar una muela por un artista que vive del arte y saca muelas por hobbie, por más que se haya recibido con las mejores notas y tenga colgado un diploma grande como una pantalla de cine?. Supongo que no, es más, te recomiendo que no.
Claro, el tipo cree que es un dentista buenísimo por como disfruta sacando muelas, pero los pacientes no vuelven y, los que lo hacen, vienen con un policía.

Gustavo Cipriano

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